CRÍTICA BEE MOVIE EN LABUTACA.NET

jueves, 9 de diciembre de 2010

CRÍTICA por Joaquín R. Fernández

Jerry Seinfeld no es precisamente un cómico muy conocido fuera de los Estados Unidos, al menos para el gran público, de ahí que su nombre no sirva de nada a la hora de promocionar en nuestro país una película como "Bee movie". No obstante, su fama tampoco le ha servido para que esta sosa cinta de animación se haya convertido en uno de los grandes éxitos del año en Norteamérica; vale, cierto que sus recaudaciones no están mal y que seguramente ingresará unos 150 millones de dólares en dicho mercado, pero esta cifra se queda corta si consideramos que es igualita a la de su presupuesto y que podía haberse aprovechado de la ventaja de estrenarse antes que otras producciones de carácter familiar.

En el filme nos topamos con una abeja que acaba de graduarse en la universidad y que descubre con espanto que durante el resto de su vida tendrá que dedicarse a trabajar en el mismo oficio. Por supuesto, sus aspiraciones son mayores, así que se une a un grupo de recolectores de polen con tal de observar el vasto mundo que se encuentra a su alrededor (la ciudad de Nueva York). Sin embargo, nuestro protagonista tiene la feliz ocurrencia de romper una de las reglas de los integrantes de su colmena: no hablar con los humanos. Por si esto no fuera suficiente, pronto se percata de que éstos les roban la miel a los de su especie, motivo por el cual se dispone a demandarlos en un sonado juicio.

Teniendo en cuenta el argumento de "Bee movie", surrealista incluso para una película de estas características, se puede afirmar que sus responsables se han limitado a tomar una idea que les ha parecido sugerente y que no han sabido desarrollarla, creando tan sólo una sucesión de pasajes de desigual interés. Si lo que se pretendía era mostrarnos un reflejo de lo que es la sociedad contemporánea, desde luego ese objetivo no se ha alcanzado, topándonos en realidad con una cinta que únicamente hace gracia a ratos y, lo que no dice mucho de ella, con chistes que ya aparecían en los tráilers del largometraje.

El filme es, por tanto, insustancial, echándose en falta un conjunto más equilibrado y una historia bien trabada. Como no sucede nada de ello, el espectador ha de conformarse con una serie de chascarrillos que van desde unos escasos gags inteligentes hasta unos cuantos diálogos carentes de ingenio, por no hablar de las bromas relacionadas con personajes famosos que, en algunos casos, no todo el mundo conocerá y que seguramente se hayan incluido en el metraje porque son amigos, conocidos o personas a la que Jerry Seinfeld admira. Lo peor de todo es que, aparte de que aburrirá a los más pequeños de la casa, no satisfará al público adulto.

Técnicamente nunca llega a sorprendernos, aunque es obvio que nos hallamos ante una propuesta resultona en la que destacan ciertos movimientos de cámara que se insertan en el relato con el propósito de apabullarnos (los vuelos de las abejas o el partido de tenis son un buen ejemplo de ello). La música de Rupert Gregson-Williams es muy correcta y se ajusta a lo que vemos en la pantalla, a pesar de que no sea precisamente original. En definitiva, "Bee movie" es un título menor, una película de las que no dejan huella y que ya forma parte de ese abultado listado de obras de animación que, dentro de unos años, nadie recordará.


CRÍTICA por José Arce

El cine de animación digital ha llegado para quedarse, no hay ninguna duda. Desde que “Toy story” (1995) descubriera para la industria lo factible —y rentable— de crear un género en torno a las maravillas que ofrecían los avances tecnológicos orientados al cine mayoritariamente familiar, el número de producciones crece de manera exponencial cada año que pasa. No hay distribuidora potente que no tenga su propia división dedicada a crear proyectos de este tipo, e incluso cada propuesta solapa la anterior en términos de calidad visual y espectáculo. Por no hablar de la que se avecina a partir de ahora, con "Beowulf" abriendo las puertas del 3D de par en par.

La principal novedad que aporta “Bee movie” es la participación directa —produce, protagoniza y es responsable del guión— del famosísimo cómico neoyorquino Jerry Seinfeld, que ha sabido trasladar a esta película parte del humor que le ha hecho popular, adaptando su verborrea urbanita y chispeante a una platea principalmente infantil pero que suele estar siempre acompañada de un público adulto que no tiene por qué renunciar a pasar un buen rato disfrutando de un subtexto velado que escapa a los más pequeños. Seinfeld presta su voz a Barry B. Benson (Arturo Valls en la versión castellana), una abeja que, consciente de que toda su vida desempeñará la misma aburrida labor una vez haya elegido dentro del soporífero abanico de posibilidades de empleo, decide explorar el mundo más allá de la colmena, siquiera por un rato. Pero conoce a la simpática Vanessa Bloome (Renée Zellweger en el doblaje original, María Adánez en el español), una amistad que no es vista con buenos ojos por sus compañeros de especie, máxime cuando el bueno de Barry le confiesa que es capaz de hablar. Cuando el insecto descubre que los humanos utilizamos la miel con los más dispares fines sin consultar a sus esforzadas creadoras, decide —atención— llevar a juicio a la humanidad.

Efectivamente, estamos ante la que quizá sea la más surrealista de las películas de animación creadas hasta la fecha. Por una parte, la interacción entre hombres y abejas es visualmente desternillante; por otro, la visceralidad con la que el pequeño protagonista emprende acciones legales contra el género humano deriva en una serie de acontecimientos de consecuencias catastróficas para el planeta, sin distinción de razas ni avances evolutivos. Es aquí donde el competente guión firmado por Seinfeld, Spike Feresten, Barry Marder y Andy Robin aprovecha el talento de sus autores para distanciarse, aunque no demasiado, de otras producciones de tinte más familiar. Sobre el obligatorio mensaje, evidente y para todos los públicos —ningún trabajo es insignificante si se realiza con empeño y dedicación—, abundan las lecturas extraídas de la descorazonadora visión de Benson ante su futuro, presidido por la fría realidad que le dicta que va a trabajar mecánicamente el resto de su existencia, como pieza de una cadena de la que a nadie parece importarle demasiado formar parte. Alienación en masa y a escala, compensado por un mensaje final a favor de la “polinización” del planeta.

La trama, a pesar de ir perdiendo fuerza a medida que llega su tramo final, está llena de pequeños momentos que arrancan sonrisas cómplices, salpicados de escenas soberbias —el pleito interpuesto a Sting o el encuentro de los insectos en el limpiaparabrisas— que convierten a “Bee movie” en un ejercicio brioso y con un acertado sentido del ritmo, incluso en un género, el de la animación digital, que cuenta con la velocidad narrativa como una de sus principales virtudes, en buena medida por el público masivo al que se dirige. Técnicamente estupenda, aunque no alcanza los niveles de calidad de otras compañeras auspiciadas por DreamWorks; sin embargo, es de destacar el cuidado puesto tanto en el sonido como en las escenas de vuelo de las abejas en el exterior de la colmena, y en aquellas secuencias en las que aparecen millones de ellas, de gracioso impacto estético y visual. En definitiva, un producto entretenido y perfectamente disfrutable, que viene a aportar pequeñas gotas de ingenio que los adultos sabrán apreciar con agrado sin que ello influya o limite la diversión de los más pequeños.

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