CRÍTICA RATATOUILLE EN DIARIO CLARÍN

miércoles, 8 de diciembre de 2010

CINE : CRITICA: RATATOUILLE
Menú gourmet con acento francés


"Ratatouille", de los estudios Pixar, es una entretenida y sofisticada comedia sobre una rata que quiere ser chef.
DE PIE REMY, LA RATA FRANCESA QUE SUEÑA SER CHEF, SIEMPRE ANDA ERGUIDA PARA NO ENSUCIARSE LAS PATITAS DELANTERAS CON LAS QUE PRUEBA LA COMIDA.

Los estudios Pixar en su primera gran jugada hicieron hablar a los juguetes. Luego a insectos, monstruos, peces, autos y ahora a ratas. Piense usted en Pixar y verá que hasta aquí, todas sus películas -la saga de Toy Story, Bichos, Monsters Inc., Buscando a Nemo, Los Increíbles y Cars- tenían más de aventuras que de comedia, y en ellas siempre, invariablemente, los personajes debían realizar un viaje. El más notorio es el del pez payaso Marlin tras las huellas marítimas de su hijito en Buscando a..., o el de Rayo McQueen en Cars, hacia Los Angeles.

En Ratatouille, dirigida por Brad Bird, que se forjó en la escuela de Disney y dirigió para Pixar Los Increíbles, Remy, una rata francesa, por accidente se separa de su familia (¿recuerdan Buscando a Nemo? y llega hasta las alcantarillas de París.

Y como cualquier personaje pixariano, como Woody o Nemo, a Remy no le gusta quedarse en el molde sin ser, como Flik, la hormiga de Bichos, una más en el montón. Remy tiene una capacidad olfativa brillante, que entre los suyos le sirve para detectar el veneno esparcido por los hombres (la antinomia humanos - ratas, a la orden del día), pero que prontamente lo lleva a probarse en la haute cuisine. También, se destaca por su alma de poeta.

Ratatouille es más sofisticada que otras películas de animación de esta Era dorada de la animación -dorada por los éxitos económicos, mucho más por los avances tecnológicos, ya que muchas tramas tienden a reiterarse-. Remy, que camina en dos patas, así tiene las patitas limpias para cocinar, tiene su lema: si sos lo que comés, sólo quiero comer comida buena. Qué mejor que guiarse por un gran chef, Auguste Gusteau, cuyo lema era que cualquiera puede cocinar. Muerto el chef, su lugar en el restaurante fue tomado por Skinner, a quien le interesa más vender comida congelada que estar al frente de un restaurante 5 estrellas.

Allí llega Linguini, hijo de una ex empleada, quien pasa de ser el encargado de limpiar y tirar la basura, a chef, con la ayuda de la rata. Uno necesita del otro: Linguini no puede poner una pizca de sal sin el consentimiento de Remy, y Remy ya vio lo que le puede pasar si alguien descubre que una rata anda por entre las ollas... El método no resulta sencillo: oculto en el gorro de chef, Remy lo trata como una marioneta, tirándole de los pelos para avivarlo de lo que debe hacer con sus manos.

En definitiva, la película trata sobre aceptar a quienes son diferentes y es, a la vez, la lucha entre lo prefabricado y homogéneo (comida congelada) y la comida de autor. ¿Como Hollywood y esta película...?

Pablo O. Scholz

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