CRÍTICA SHREK EN LABUTACA.NET

miércoles, 8 de diciembre de 2010

CRÍTICA por Joaquín R. Fernández

Puntuación: 8
Banda Sonora Original: ***

No deja de sorprenderme que el cine de animación siga aportanto novedades en un terreno que, en teoría, debería estar menos abonado para los cambios. De hecho, la técnica ha evolucionado tanto que ya es difícil asombrarnos, por lo que guionistas y productoras, sabedoras de esta situación, se afanan por crear historias que logren atraer a todo tipo de espectadores. Disney, que últimamente no está teniendo ninguna suerte (El Emperador y sus Locuras es lo más discreto que nos ha ofrecido hasta ahora), no veía peligrar su trono, puesto que los éxitos de DreamWorks, admirables, en ningún momento conseguían hacerle sombra. Pero, henos aquí, que la compañía de Spielberg y Katzenberg (recordemos, auténtica alma mater de la fulgurante etapa Disney de los noventa) presenta al público Shrek. Sin descuidar ciertos guiños para el público infantil, los autores del filme intentan, descaradamente, ganarse el afecto de aquéllos que acuden al cine en masa: los jóvenes. Por supuesto, lo consiguen. Ese tono irreverente es el adecuado para ganarse la confianza de aquéllos que piensan que los dibujos animados no son otra cosa que momentos "pastelosos" repletos de personajes histéricos y canciones relamidas. Bueno, los gustos de cada uno son completamente respetables, y es cierto que, hasta hace bien poco, sólo teníamos esto. Pero, gracias a la competencia, el asunto ha cambiado. No sólo se quiere conquistar descaradamente al público adulto (oh, cuánto se agradecen los gags trabajados y las ironías ocultas), sino que se hace en un marco visual fastuoso y copado por el entretenimiento.

Mientras esto siga así, ¡que dure la competencia! Shrek comienza con una divertida introducción en la que se nos presenta al protagonista de la historia, ese ogro verde de rostro poco agraciado pero mirada tierna. Desde el primer momento se percibe la guasa del asunto, apareciendo de inmediato la sonrisa en nuestros rostros. Vamos conociendo a los personajes muy rápidamente, con una agilidad que ya quisieran otras películas con actores de carne y hueso (¿alguien ha hablado de Pearl Harbor?). En este punto, quiero resaltar el mayor defecto del guión: los diálogos entre Shrek y Asno no me parece que estén muy trabajados, creo que caen en el humor facilón; por contra, los gags son realmente de antología, producen auténticas carcajadas en el espectador. Aún recuerdo la presentación de Lord Farquaard, o el momento en el que el ogro ve a la princesa por primera vez; tampoco me resisto a comentar otras secuencias que tienen como protagonistas a Shrek y a Fiona, como aquélla en la que ella canta a la mañana y un dulce pajarito la acompaña o, verdaderamente hilarante, el principio de enamoramiento entre la bella y la bestia. Ese tipo de secuencias, de humor rebuscado y muy bien pensado, hacen que a uno le duelan las mandíbulas al reírse con ellas. Por contra, los diálogos hacen que la sonrisa se mantenga en tus labios, pero, tan sólo es mi opinión, me hubiera gustado que, en general, las conversaciones no fueran tan intrascendentes. Lo que me ha causado bastante sorpresa es que las verdaderas bazas de la cinta no se hallan en la acción, pues ésta apenas existe y, ciertamente, tampoco es muy espectacular. Además, el dragón no está muy bien hecho, algo que choca con la maravillosa representación humana que han conseguido los animadores de la Dreamworks. Ah, y otra cosa que no me gustó es que, digámoslo así para no desvelar mucho, Hollywood aún tiene miedo a la mezcla de "razas" (lo digo por el final).

Y, ya para terminar, sólo me queda hablar de la música; un buen puñado de canciones acompañan a las imágenes, y aunque su uso es en ocasiones acertado (sobre todo para los momentos intimistas), me da pena que la partitura de Gregson-Williams y Powell no se desarrolle más. El comienzo, por ejemplo, cuando salen los títulos de la productora de la película, presenta una partitura deliciosa que apenas se deja oír porsteriormente; sin embargo, hay otros temas destacables, algunos tan adecuados como los coros femeninos que rodean a Fiona, gustándome menos la música tipo Armageddon que describe los momentos de acción. En todo caso, un buen trabajo de estos dos grandes discípulos del controvertido Hans Zimmer.


CRÍTICA por Fernando Bernal

Un mundo al revés

Érase una vez un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado...todas estas cosas sólo tenían cabida hasta este momento en el mundo al revés que imaginara, con un encubierta intención de denuncia, el poeta español Juan Agustín Goitysolo. Ahora, casi cuatro décadas después, la todopoderosa DreamWorks de Spielberg & Co. aplica una nueva metamorfosis al esquema habitual de los cuentos de hadas para conseguir que un Ogro se convierta en héroe y el Príncipe sea un villano, por cierto, nada apuesto; ése es el esquema principal de ‘Shrek’, firmada por Andrew Adamson y Vicky Jenson, que supone el esfuerzo más certero y deslumbrante de DreamWorks por disputar el cetro del cine de animación a la Disney, que se encuentra en uno de sus momentos de mayor crisis creativa.

Contra el inmovilismo de los últimos productos de la factoria del ‘tío Walt’ -excepción hecha de las maravillosas y geniales aventuras de la serie de ‘Toy Story’ y de ‘Bichos’- esta impresionante obra de animación digital propone una mirada nada complaciente hacia el universo de los cuentos infantiles, a sus esterotipados personajes y, por último, a la intención adoctrinadora que suele ser la motivación final de todas las fábulas. Sin embargo, esa conclusión final indisoluble de la tradición clásica de la literatura infantil se torna aquí en una mirada crítica hacia nuestra propia realidad, una postura que salvo honrosas excepciones -‘South Park’, por ejemplo- se da en el edulcorado mundo en el mundo de los ‘toons’.

‘Shrek’ es una obra estructurada a través de la dualidad. El papel de héroe es compartido entre dos personajes: el Ogro -solitario y malhumorado- y el Asno -parlanchín y sociable-; la Princesa Fionna esconde un secreto inconfesable y una doble personalidad que le impiden formar una pareja perfecta con el acomplejado Lord Farquaad; el mensaje del filme se articula siempre a través de la confrontación entre seres aparentemente diferentes, desigualdad, y una celebración del concepto universal de la igualdad entre las diferentes especies; y, por último, una sombra ‘anti Disney’, con alusiones sarcásticas a sus iconos intocables y a sus presupuestos formales y temáticos, planea sobre todo el metraje promoviendo de forma fina y delicada una especie de cuerpo a cuerpo codificado entre las dos grandes ‘majors’ de la animación. Esta intención de juntar los elementos de dos en dos, de formar pares perfectos, deviene en que ‘Shrek’ funcione tanto como comedia, como cuento romántico; comparta un sentido del humor fino y algo ‘naif’, con momentos de comedia que apunta a lo escatológico; resulte atractiva tanto para el público infantil, como para los espectadores adultos; y combine de una forma casi perfecta diversión y posibilidad de denuncia contra la marginación y la intolerancia.

Sin duda, esta obra se convertirá en una verdadera referencia para la animación cinematográfica desde el punto de vista técnico por sus sorprendentes hallazgos visuales (basados en una delirante puesta en escena y unos personajes trazados con rasgos fantásticos pero, sin embargo, muy humanizados), por su particular sentido del humor y, sobre todo, por haber dado un giro de 360 grados al esquema tradicional del cuento de hadas. Yo me apunto, desde ahora mismo, a que la Princesa sepa artes marciales (estilo ‘The Matrix’), que el primer pájaro que intente entonar una canción, (alusión a la dialéctica habitual de los filmes Disney) pague cara su osadía, que los enanitos formen una banda de soul, mientras su Blancanieves se enfrenta con la nada inocente Cenicienta... hasta que llegue el "y fueron felices y comieron perdices" tienen tiempo para disfrutar con esta maravilla que, como aseguraba la publicidad de los viejos filmes de dibujos animados, les transportará de nuevo a su infancia.


CRÍTICA por Pablo del Moral (Cinencanto)

En el verano, junto con la consabida procesión de gigantes espectáculos hollywoodenses de gran inversión pero moderada (en el mejor de los casos) calidad podemos contar también con la presencia de las consabidas películas infantiles, casi siempre dispuestas a sacrificar cualquier valor narrativo que pudieran tener a cambio del vacuo entretenimiento que la industria fílmica considera "para niños", y que sirve sólo como medio para establecer franquicias mercadológicas y alianzas estratégicas con negocios de comida rápida, juguetes y demás parafernalia que los zombificados niños exigirán a sus padres como única forma de adquirir la felicidad. Pero en muy contadas ocasiones, aparecen peliculas como "Shrek".

Desde luego, "Shrek" es tan culpable de la ambición comercial como cualquier película de Disney, pero en su contenido y realización está tan adelantada respecto a la competencia que podría ser de otro planeta. Mientras que el mencionado Disney y sus imitadores están cómodamente instalados en las mismas historias, mismas resoluciones e invariables personajes, DreamWorks valientemente apuesta que los niños actuales son inteligentes y con psiques menos frágiles, y que son perfectamente capaces de disfrutar cosas nuevas y subversivas que prácticamente echan por tierra los cansados conceptos de la competencia.

"Shrek" se desarrolla en un mundo imaginario en el que coexisten los personajes de todas las fábulas infantiles; una especie de Disneylandia ligeramente disfrazado para evitar demandas, pero lo suficientemente parecido para que la sátira sea a la vez salvajemente precisa y extraordinariamente graciosa. En ese mundo habita Shrek, un ogro antisocial que ha construido paredes emocionales para ocultar su soledad. Por alguna razón Lord Farquaad (el gobernante de la zona) encabeza una persecución contra los personajes de cuento y los envía a vivir al pantano donde Shrek tiene su casa. El ogro entonces pide a Lord Farquaad que retire a los mencionados personajes para que Shrek continúe viviendo en soledad. El gobernante acepta, pero a cambio solicita que Shrek rescate a una princesa de las garras de un dragón, para que Farquaad pueda casarse con ella y convertirse en rey. Shrek accede y junto con un burro parlanchín que se le pega, inicia la marcha rumbo al castillo donde yace la princesa Fiona. Así empieza la aventura de la inusual pareja, durante la cual cambiará la actitud del ogro respecto a sí mismo y respecto al mundo, influyendo poderosamente en el futuro del reino, no sin antes haberse burlado más y mejor de los convencionalismos de los cuentos de hadas con una buena dosis de humor subversivo y en ocasiones crudo, pero nunca malintencionado y siempre gracioso.

Y por si la genial historia y humor fuera poco, la realización de "Shrek" es sencillamente extraordinaria. La animación por computadora ha dado películas tan buenas como las dos partes de "Toy Story" y "A Bug's Life", pero "Shrek" definitivamente se lleva el premio por la calidad de las imágenes y la plástica que maneja. La combinación de escenarios hiperrealistas con personajes fantásticos convierte a la película en un gran espectáculo visual, vibrante y de gran atractivo para niños, quienes gustarán de los simpáticos toques humorísticos, y para adultos, quienes se asombrarán con la técnica mostrada.

Agregado a todo eso, está el excelente trabajo de voces que da vida a los personajes. Mike Myers como el titular Shrek combina la amenaza con la compasión en los parlamentos del ogro; Cameron Diaz provee a la Princesa Fiona con la inocencia de una princesa de cuento de hadas, bien balanceada con la inteligencia de una mujer contemporánea; John Lithgow es competente como Lord Farquaad, y con sus consabidas variaciones vocales muestra a un líder déspota y agrio, y a la vez sumamente inseguro. Pero la razón más grande para ver esta película en su versión original (y no doblada) es Eddie Murphy como el Burro. No sé qué tanto sean sus diálogos improvisados y qué tanto sean parte del guión; el caso es que su participación resulta brillante e inmensamente más graciosa que en su otra película para niños "Dr. Dolittle 2". En muchas ocasiones lo he dicho, y lo repito: Murphy es un comediante privilegiado, y bajo sus locas gesticulaciones y excesos hay una técnica tan fina y precisa, y tan cuidadosa de los detalles que se antoja invisible.

"Shrek" es una de las mejores películas que he visto este año, y no me refiero exclusivamente a las películas para niños. Tal vez no sea perfecta en su narrativa... algunas escenas se alargan innecesariamente y el humor es algo torpe en un par de ocasiones. Pero esos mínimos defectos no tienen valor alguno cuando se tiene una historia tan buena como la de "Shrek", con grandes risas, perfectas actuaciones, y despampanante estilo visual. Fácilmente supera en cuanto a técnica, humor e historia a "Toy Story", "A Bug's Life" o "Antz". Esto es realmente buen cine para niños. Y para adultos no está nada mal.

Calificación: 10

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